jueves, 1 de noviembre de 2012

Pequeño monstruo.



Dime, pequeño monstruo... 
¿Encontraste la felicidad que tanto ansiabas? ¿Encontraste a esa persona que te quiere tal y como eres? ¿Vio lo especial en ti?

La gente huye al verte, no te conocen, tienen miedo, te juzgan sin saber quién eres en realidad, se esconden por miedo a lo que desconocen, en vez de adentrarse a la aventura del saber.

Dime, pequeño monstruo...
¿Sientes como que la soledad se lleva lo mejor de ti? ¿Te consume pedazo a pedazo?

Tienes un rostro triste, eres tan infeliz... pequeño monstruo, ¿algún día serás feliz?
Lloras en una pequeña esquina, deseando que nadie te vea, pero deseando a la vez que alguien te consuele, es tanto tu dolor, pero nadie lo ve... es más fácil ignorar, es más fácil quitarse tal responsabilidad de encima...

Dime, pequeño monstruo, tus lágrimas... ¿crees que cesarán algún día? 
Sientes que todo esto debe acabar tarde o temprano, de una manera u otra, es hora de poner fin al dolor, llevándote el único recuerdo que atesoras, el recuerdo de esa persona especial, ese recuerdo que cada vez es tan firme, y a la vez, tan lejano...

¿Sabes pequeño monstruo? Aunque sientas que estás solo, no es así porque... pequeño, mi pequeño y preciado monstruo, sé cómo te sientes, comparto tu dolor...
Todos a veces, nos sentimos así.

Es hora de dormir, pequeño monstruo, hora de dormir eternamente... cierra tus ojitos, es hora de que dejes de llorar, de que dejes de sufrir, puede que no sea la persona especial que tanto ansías, pero nunca podré dejarte solo.

Duerme mi pequeño monstruo, descansa para siempre, y sé feliz.